Estrella Sublime, la una de Triana, cuando el Domingo de Ramos luce esplendorosa entre azahares y cielos azules, entre incienso y cirio, entre dos orillas, cuando Sevilla la espera para darle la bienvenida, para decirle que la quiere, para pedirle y acompañarla en su pena, para reír y llorar con ella. Mi cofradía sevillana, mi Estrella.
La otra, la de mi casa, la de todos los días, la que luce esplendorosa a sus ochenta y pico de años, la que si Dios quiere, siga reinando muchos más. La que nos espera todos los días cuando volvemos del trabajo, la que guisa, cose, plancha, barre y limpia, la que me espera por las noches y se preocupa por mí cada día. La Estrella de mi casa, mi Madre, mi cofradía.
2 comentarios:
Vaya dos estrellas tienes, bajo el manto de las dos has de sentirte protegido y orgulloso...Enhorabuena, es muy bonito lo que dices...
"Era un Domingo de Ramos cuando suena los tambores... iba la Estrella Sublime entre varales y flores..."
"Pena, penita, pena" La acompañaste durante años "Mejor o peor" pero te echa de menos...
Sema, este comentario es de tu amiga MANUELA, un saludo de los dos...
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