Si me preguntasen por mis pasiones, serian muchas las que añadir a una lista pero como casi en todo, hay que establecer un orden de preferencias y eso acabo de hacer mostrando la foto. Esta es mi pasión, mis perras y en especial las que actualmente viven con nosotros, porque mi núcleo familiar lo componen cuatro miembros, mi madre, mi marido y mis dos perras. Shiva tiene ya 14 años, blanca con manchas marrones en la cara, y Runa de 5 años, de color marrón, grande y fuerte.
Shiva es mi ojito derecho, nació alta y espigada, juguetona y traviesa, aún recuerdo cuando se comió a mordiscos unas botas de montaña recién estrenadas o cuando se me escapaba a la playa y no había forma de cogerla, corría sola invitándote a seguirla pero cuando estabas cerca pegaba otro spring y desde lejos parecía decirte...¡cogeme¡ y así hasta que se cansaba y subía al paseo marítimo a buscarme, claro que yo ya me había marchado para casa desesperado y cuando calculaba su aburrimiento iba a buscarla, y allí estaba ella, esperándome, siempre esperándome. Su vida ha sido una vida con muchos altibajos de salud, ha pasado por varias operaciones de las cuales ha salido airosa, también fue madre de cinco preciosos cachorritos, los cuales regale porque en casa no cabíamos más, hoy me arrepiento de no haberme quedado con uno.
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Hoy en su vejez la acompaña una artrosis que han debilitado sus patas traseras y a duras penas puede andar pero come todos los días y bien, sale todos los días un ratito por las mañanas y el resto del día lo pasa placidamente durmiendo en su sofá. Me mira, siempre me mira y no es ella la que me da las gracias sino yo por su compañía, por seguir ahí hasta que dios quiera, por ser tan buena perra, por formar parte de mi y yo de ella, por ser “MI GRAN PASION”.
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